martes, 10 de junio de 2008

09/06/08

Te alejé el instante mismo,
que la luz llegó..
No huí,
no quise hacerlo.

Me entregué segundos
y despareciste.
Cada día estabamos más lejos,
un paso más,
a veces siete.

No buscaba la retribución,
ni del beso, ni del latir,
pero empezaste,
con tus dientes resbalando por mis labios;
y yo, reganda ante tus ojos
lo acepté,
porque creía escucharlo,
aunque talvés fue unicamente la lengua...
La lengua mojando unos labios ajenos..
que no debían,
pero sabían ciertos;
como esa certeza absoluta y absurda
que se esconde tras el eco del humo y la ventana...

Y te miro,
con los ojos húmedos (rojos),
buscando un nuevo silencio
que se atragante los segundo...

Pero no llega,
sólo desvías la mirada
como negando,
como empezando lo que me impedí hacer.

1 comentario: