17/01/09

Y esperé que llegues,
que en el silencio grites mi nombre,
o al menos en un susurro,
pero mi nombre es interminable,
llevo el nombre de todos los ríos,
de todas las piedras,
de todos los árboles y los bares,
de las noches en las que no estoy
y tu no existes,
de los días en los que el fuego
trae a mis labios tu sabor,
en las que sueño pero no vuelves
y grito pero estás sordo,
y no respondes y busco respuestas,
esas respuestas que llevan mi nombre antagónico,
pero no soy capaz de pronunciarlo,
porque no imagino,
perdí el valor para creerte cerca...

Y quiero que me llames
piedra, fuego, agua, alcohol, cama,
ceniza-
que me llames,
que me nombres,
de alguna de las interminables formas
por las que estoy dispuesta a responder,
pero el sonido es inexistente,
y tu boca ajena...

"y tú regando mi jardín un día de lluvia torrencial"

Y sé que es,
que no hay más,
y es, tan sólo es
y lo sientes
y espero que llegue,
que la llamada desesperada suene,
y suene
y tenga por fin el valor adquirido,
para decir sí,
¡por favor sí!

Espero que el dormir persista,
que logre sentirte entrelazado
que es nada,
siempre es nada...
Porque no te encuentro,
el alivio es inexistente
y el espacio interminable,
no suena...
tus dedos no llegan a sentirme,
a tapar este vacío del abrazo,
de esta búsqueda de convertir
el desasosiego en somnoliento riego,
en deseo de tus dedos
que intentaron ser de la misma carne
pero no logran rozar la mía
porque estás allá,
como levitando en un sueño irrelevante
que no me duerme,
ni ahora
(a pesar de las ganas)
ni nunca.

Soulles

29/12/08

Y acompañarte y existir,
ser parte del espacio compartido,
del dejar todo y correr...
a esos ojos que prometen,
que quiero que lo hagan,
que sueñan y gritan
y no entienden, ni me llaman...
Pero les miento
que las manos no tiemblan,
ni extrañan unos dedos ausentes,
les miento que no busco,
que sólo creo,
que siento y siento,
y a ti y nadie más,
y a ti, solo a ti...

Que estás y crees
y eres esto y todo
y solo siento...
a ti,
a mi nunca.

Pause

Yo estaba en las rocas
rogando un camino,
un espacio vacío
para llenarlo
y ocuparlo y sentirlo...

Y el espacio existía,
era un agujero
con incrustaciones turquesas.
Y era.
Estaba ahí,
como esperando.

Las rocas eran mías,
eran parte de este gran agujero,
que está y no quiero,
que está y me asusta,
que está y no me invita,
que quiero ser parte y me quedo.

Sentada en las rocas,
esperando que grite mi nombre,
me quedo.

17/12/08

Trato de inmortalizar el instante,
para que no se vaya,
no se me escape de los dedos,
para no perderlo y olvidar,
llevarlo lentamente a su paso irremediable
a la ceguera por inanición
o poco espacio en el disco duro...

Quiero dejarle aqui,
colgado,
enganchado entre las dos cejas,
para verlo, y verlo
y verte...
mientras se desvanece
y mis labios no logran retener sabores