martes, 31 de julio de 2007

58



Cegada como siempre,
decidí hacer de manos y pies
para que esto nos lleve a algún lado…

Comprendí que no era suficiente,
mis brazos no aguantan mi peso y tu vacío…

Mis dedos están cansados
de acariciar al viento,
y mi voz de gritar tu nombre,
repetir tal eco indefinido…

Tus labios me cortaron
y tu cuerpo está calado en mi cráneo,
como un labial indeleble…

Parece que mi tacto
se desvaneció de tu espalda
sin dejar huellas ni olor…

¿Recuerdas mis dedos resbalando por tu cuello?
¿Recuerdas el sabor de mi boca?

Sólo te siento como en un silencio lejano;
tu voz en un susurro preguntando mi nombre…

lunes, 30 de julio de 2007

39


No me pidas volver
a algo que no hubo;
porque déjame decirte
que tienes razón,
nada es real…

Era un intento de salir
de esa realidad
en la que no logro conseguir
lo que quiero.

Fuiste un instrumento
y lo siento,

Ya no quiero,
no me interesa,
nunca lo hizo,
jugué al igual que siempre;
y no me arrepiento
porque estoy a un paso más;
de regresar a esa irrealidad inestable
de la que salí.

Y regreso
porque me gusta,
solo por eso,
no tengo más razones
y no las quiero.

¿Y si pierdo el sentido?
¡no importa!
Me fui.
Y lo siento... ¿o talvez no?

Camino de regreso
a mi libertad añorada
con la frente en alto
y un nombre escrito en todo el cuerpo.
¿El tuyo?
No… ¡otro!

Sabor ajeno


Quisiera que me mires aún:
que veas como me encuentro
y adivines el enigma de mi vida, y mi humillación...
que notes las cicatrices en las manos,
y los labios rotos;
que recorras con la boca
mi cuerpo sangrante por manos de vidrio;
que mires mis ojos húmedos,
de lágrimas aun no derramadas.

Que encuentres el cuello invadido de besos ajenos,
el olor de hombre en mi pelo,
y la ropa llena de tierra;
y en mi boca sientas el sabor de alcohol
y saliva desconocida…

Que te mires,
por favor hazlo
encuentra el toro en tu cabeza...

domingo, 29 de julio de 2007

Niebla


Empiezo a pensar que no eres real,
y lo que creí e imaginé
es tan solo un reflejo
de lo que mis iris buscaban;
y los sentimientos que juré ciertos
se volverán leves...
y mis pies que suponía
tocaban el suelo,
debido al peso
de tu ser sobre el mío,
se elevarán hasta la insoportable levedad
por la repetición infinita;
hasta que me encuentre a mi misma
flotando sobre la niebla
entre la que no existes,
ni ahora,
ni cuando se desvanezca..

Poesía




La poesía huye, a veces, de los libros para anidar extramuros, en la calle, en el silencio, en los sueños, en la piel, en los escombros, incluso en la basura. Donde no suele cobijarse nunca es en el verbo de los subsecretarios, de los comerciantes o de los lechuginos de televisión.




Joaquín Sabina

Hic et nunc (Aquí y ahora)


J.B.

Te inventé con el afán de la inexistencia,
(te miro)
perdí la fe para no creerte,
ni buscarte
menos aún sentirte.
(toco tu mano)

Te llamé con nombres prohibidos;
(regreso la mirada a los labios)
procuré mantener la cabeza ocupada
(empiezo a enumerar las sinrazones para desistir)
para no iniciar la búsqueda que creía vana.
(te toco,
te miro,
te beso...)

Oía tu llamado irreal,
al que ignoré todo el tiempo,
traté de unir en muchos
lo que juré que uno no alcanzaría
(me llamas,
te escucho)

Busco tu mano sin querer,
y me encuentro convenciéndome
de argumentos para no emprender la huida.

Te siento a mi lado,
aún cuando no estás;
(te dibujo cualidades que no existen
para no encontrarte nunca)
te abrazo para asegurarme
que no te has ido,
(ignoro tu llamado)
me dices que en tu lista de planes
no está escrito marcharte.

Te toco,
te quiero,
te beso,
te quiero de nuevo,
te abrazo,
te quiero,
te quiero....

Ante diem (Un día antes)


Tengo los pies mojados
de esta lluvia púrpura que no cae.

Te fuiste y no vuelves;
y ahora estás más allá,
cruzando por un camino
que quisiste caminarlo de mi mano.

Mientras aún gritaban todos
y yo huía por tí, para tí, pero no contigo;
me escapé sola al igual que siempre
pero con tu recuerdo calado entre mis huesos.

Sólo espero que mi tacto
se haya desvanecido de tu cuerpo,
en medio de sus besos inimaginables,
no porque duelan,
sino porque recuerdan a los míos y a los tuyos,
resbalando por el cuello, creyendo que eran eternos.

Espero que sólo el tacto
haya desaparecido
que el recuerdo quede intacto,
a pesar de los papeles firmados,
el anillo y la cama compartida…..
¡Aunque no sea conmigo!

2 + 1 = 3

¿Qué más quieres que te diga?
Siempre eres vos,
nunca nadie más,
el resto no importa,
el tiempo no existe,
sólo vos.
Siempre llueve,
a veces se ilumina
parece un eclipse solar,
pero nunca hay nada,
la lluvia también es nada.

Un lento sosiego que trata de olvidarlo todo,
que nunca puede,
que siempre es lo mismo
y nadie entiende
porque no hay cambio.

Todo esto, la contradicción estúpida
demuestra al final lo mismo;
bajo un igual que nos lleva a la unidad
indicando que el tiempo no existe:
Por eso cuando hay uno hay cambio,
cuando hay dos no.
Sonrisas,
estrellas fugaces,
que viajan lento,
que se estancan y son conquistadas.

Pero si es temporal.
¿Para qué esperar más?
¿Huimos ahora?
¿Ya no tiene sentido quedarse aquí?

¿Quieres cambio mediante dos?
Necesito explicarte de que manera el cambio no existe:
estoy yo y quiero cambiar,
estas vos y quieres que cambie,
pero estamos los dos y todo se contradice
porque nadie entiende ni sabe qué quiere; ¿qué pasa?
tan sólo instantes idiotas
que cambian todo.
Me doy cuenta sin avisarte
que estábamos dos y dos,
no, dos y uno; ¡no es lo mismo!
No se mantienen las promesas.

¿Por qué no huir donde no hay nadie?
Encontrar un igual
…dos…,
estrellas fugaces que viajan lento,
planetas revueltos por sonrisas,
un mar vacío,
manos unidas como si fueran de la misma carne,
…dos…, sólo dos,
sabiendo que ni el tiempo,
ni el vacío existen.

Me voy…
¿Vienes conmigo?

A Isis, que nunca existió


No quiero muñecos de goma,
ni noches solitarias de llantos,
no quiero un nombre para llamarte,
ni visitas de parientes felices
que al marcharse maldicen mi estupidez.

No te quiero, ni al que vendría…

No quiero un estómago estirado,
y menos aún náuseas matutinas.

Me quiero a mí, y a mi futuro por venir,
¡solo!

Sin nadie a quien mecer,
con ganas de huir
antes de que sus lágrimas
me aten nuevamente la siguiente mañana.