No es necesario,
llorar nunca lo ha sido,
sentir sí.
Pero el viento es más fuerte,
mueve árboles y cenizas.
La lluvia cae inagotablemente
del cielo y los rostros,
pero el tiempo cose, remienda,
pega botones y tapa agujeros,
roe lentamente la memoria,
carcome desde los pies,
el suelo y cubre la cabeza.
Talvez la poesía cambie de rumbo,
y las lágrimas también.
Las cenizas habrán volado ya,
pero hay cosas que no lo hacen,
sonrisas indelebles,
necesarias (éstas sí)
por las que entre diluvios
logro nuevamente sobrevivir,
sobrellevar la ausencia.
jueves, 25 de marzo de 2010
MJC
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Hermoso poema, Vero. Me alegro de haberte descubierto.. Un saludo.
ResponderBorrarTalvez la vida entera cambie de rumbo
ResponderBorrarY la poesía, las lágrimas y las sonrisas sean necesarias.
Y talvez el tiempo no logre corroer la memoria.
Gracias