Yo estaba en las rocas
rogando un camino,
un espacio vacío
para llenarlo
y ocuparlo y sentirlo...
Y el espacio existía,
era un agujero
con incrustaciones turquesas.
Y era.
Estaba ahí,
como esperando.
Las rocas eran mías,
eran parte de este gran agujero,
que está y no quiero,
que está y me asusta,
que está y no me invita,
que quiero ser parte y me quedo.
Sentada en las rocas,
esperando que grite mi nombre,
me quedo.
sábado, 3 de enero de 2009
Pause
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