sábado, 13 de octubre de 2007

Despedida



Lágrimas espesas
apagan el sempiterno fuego
de aquel que nadie ve
un silencio infinito
que aun sueñan sea cortado por su risa.

La necesidad de no creer
para acallar el llanto
un dolor profundo
que destroza el alma
y la deja en pedazos
…cenizas…
que el viento no las lleva
se quedan aquí
donde siempre estuvo y estará…

Un cuarto vacío
la espera interminable,
el entender que la oportunidad
se perdió nuevamente
de desahogar aquello que nunca se pudo
porque el tiempo no fue el suficiente…
se le acabó la existencia
antes de terminar de vivir.

Un precipicio inagotable abunda en el tiempo,
la pérdida inimaginable
del siempre sonriente,
el sufrimiento de una madre
y la falta del amigo
demuestra que su llegada
al paraíso eterno es indudable.

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