viernes, 10 de agosto de 2007

41


Desvanecí tu olor
en el frío de la madrugada
sentada desnuda en el piso,
y mas tarde tu imagen
mientras caminaba de tu mano,
preguntando el ¿y ahora que?,
pero nunca supiste responder…
El silencio borró tu mirada
y tus llamadas nunca contestadas
(porque no quise)
secaron el diluvio.

Las huellas nunca fueron creadas
ni en las manos,
ni en el cuello,
ni en la boca,
ni en los muslos…
¡y menos aún en el vientre!

No hay comentarios.:

Publicar un comentario