sábado, 4 de agosto de 2007

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“Y dejo puertas abiertas, por si regresa algún día (…) el corazón en la mesa y la cama dispuesta de noche y de día” Elefante.

Quería oír de tu boca
donde estaba parada;
no porque no sabía,
lo había visto ya…
pero no es lo mismo.

No soy partidaria de los puntos medios,
pero era en lo único que creías.
No era justo estar adentro;
mientras tú estabas en la puerta,
sin querer entrar ni salir,
solo mirando,
como cada vez entraba más.
Pero tu mirada estaba afuera,
no en mí.
Ya no me reflejaba en tus ojos,
tú estabas más allá…

Sin salirme,
te di la espalda,
y te veía de sin mover la cabeza
por si te dabas la vuelta,
pero no lo hiciste…

Yo solo te sigo mirando,
desde adentro
con la inútil esperanza
de que regreses la mirada…

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